Tu ne survivrai pas à un divorce

Tu ne survivrai pas à un divorce

enero 24, 2021

Yo no solo sobreviví, volví a vivir, volví a sentir, volví a creer y creo que hasta por un momento, dejé de ser mamá y volví a ser solo yo. 

No podría decir exactamente cuándo me perdí pero sin duda, en algún momento de la tormenta [por no decir masacre/tempestad y/o pinche huracán de mierda], recordé quien soy realmente y lo que quiero ser y hacer. Renuncié por completo a la maestría que había empezado en discutir y sin ella, pude valorar qué se siente que la risa y no el pleito, sea lo que provoque el llanto. 

Entendí y reconocí uno de los verdaderos backbones que detienen la estructura con la que - hoy pienso - se sostiene una pareja. Creo que, sin temor a equivocarme, en una escala de prioridades, pesa mucho más alta la armonía individual que la colectiva. De nada sirve la foto al exterior, si el interior está vacío. 

Y es que sin importar qué tanto nos importe - o no - el ecosistema, es difícil poner en justa proporción nuestros sentimientos cuando después de tanto tiempo, terceros forman parte de la vida cotidiana de un par. 

Y gracias a esta sacudida antes mencionada, también descubrí palabras que no estaban en mi definición de love y que hoy me consta que no solo lo sostienen, si no que forman parte de la ecuación perfecta de cuando dos souls imperfectas se encuentran y deciden compartir vida. 

Hoy, menos que nunca, estoy dispuesta a conformarme. From now on, si en la ecuación de amor no existe admiración y entendimiento grado telepatía y no empatía, entonces no lo quiero. 

No tengo más que agradecimiento por el camino que me enseñó mucho más de la separación - criticada - que de la unión - esperada - de dos. 

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